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Aumento del cáncer por contaminación
radiactiva en Inglaterra y Gales. Los "expertos" ocultan
las causas. El riesgo "oficial" de mutación del
ADN por radiaciones a bajos niveles se queda corto en 10.000 veces.
Cáncer y radiaciones "sin riesgo". DR. CHRIS BUSBY
(*).
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En mi pueblo, en Gales, hay dos tiendas de asociaciones benéficas
contra el cáncer. En los últimos tiempos, allá donde
vaya veo tiendas de asociaciones contra el cáncer. La gente me
para en la calle para pedirme donativos y prenden flores de papel amarillo
o cintas de color rosa en mi abrigo. Todo el mundo luce los mismos macabros
adornos. En las poblaciones más grandes, las asociaciones contra
el cáncer tienen cadenas de tiendas; una en cada barrio. Mi amigo,
el del humor negro, llama a esta "absorción" de los centros
urbanos (las tiendas pequeñas han cerrado porque los centros comerciales
de las afueras les han quitado el negocio) la nueva industria en expansión.
¿Qué está ocurriendo? Sea lo que sea, los que mandan
cruzan los dedos y esperan a que pase. En un reciente artículo
publicado en el "British Medical Journal", titulado "¿Hay
una epidemia del cáncer?, los autores, David Coggon y Hazel Inskip,
concluyen que el aumento de esta enfermedad se debe meramente al envejecimiento
de la población. Esto es, sencillamente, falso.
El primer país que se dio cuenta de que algo iba mal y se asustó
fue Estados Unidos. Como consecuencia, en 1980, la Academia Nacional de
Ciencias de Estados Unidos (NAS) llamaron al rescate a los británicos
Doll y Peto, epidemiólogos estrella que, además, actúan
de "bomberos" contra las campañas alarmistas de los ecologistas,
para que se encargasen de la investigación.
En el Reino Unido, los aumentos en el cáncer comenzaron primero
en zonas muy lluviosas, como Gales, Escocia y las regiones occidentales.
La incidencia del cáncer no se vio aumentada de igual manera en
zonas secas como East Anglia. Por ejemplo, en 1987, el índice estandarizado
en edad de todos los cánceres juntos fue un 54 por ciento más
alto en Gales que en East Anglia. Gales tuvo un 72 por ciento más
de leucemia y un 316 por ciento más de cáncer infantil.
Existe al menos una explicación clara de este fenómeno.
Los cánceres fueron provocados por una mutación producida
por la exposición a radiaciones provenientes de las pruebas atmosféricas
de la bomba nuclear que tuvieron lugar entre los años 1955 y 1963.
Las bombas fueron detonadas por las superpotencias de la energía
nuclear en Kazakistán, Nevada y el sur del Pacífico. La
fuerza de las explosiones lanzó grandes cantidades de material
radiactivo a la estratosfera, el cual circuló por todo el planeta
y cayó a tierra en todas partes, pero especialmente en zonas de
muchas lluvias.
En el apogeo de las pruebas entre 1961 y 1963, los médicos empezaron
a expresar su preocupación con respecto al estroncio 90, que al
pasar a la leche materna podía estar afectando a los bebés.
Su preocupación estaba bien fundada, porque la mortalidad en bebés
comenzó a subir. Una vez más, el "Medical Research
Council" (Comité de Investigación Médica) del
Reino Unido pidió al profesor Doll que diese su opinión.
"No hay problema", aseguró, "la exposición
es demasiado baja". A pesar de ello, y por suerte para todos nosotros,
el presidente Kennedy escuchó a otros asesores, como Linus Pauling
y Ernest Sternglass, y detuvo las pruebas en 1963.
Pero, a pesar de Doll (1), los bebés se morían, y sus madres,
que fabricaban leche para ellos, acumulaban estroncio 90 en el tejido
mamario. Esta es la cohorte de mujeres, las madres lactantes expuestas
durante el apogeo de las pruebas, que recibió las dosis más
altas de estroncio 90 y que también muestra el mayor aumento en
cáncer de mama. Informé de este descubrimiento en el Congreso
Mundial sobre el Cáncer de Mama.
(...) A medida que el vínculo entre las radiaciones a bajos niveles
y el cáncer se hace cada vez más descaradamente obvio, se
trae a gente como Doll para que ridiculicen la hipótesis de que
somos víctimas del escándalo de salud pública más
grande del siglo XX. Pero, como dijo Joseph Conrad, "Todos los voceríos
son transitorios, al final, queda el inexorable silencio de los hechos".
(...) Los guardianes del paradigma del "no hay riesgo" en el
Reino Unido son la "National Radiological Protection Board"
(NRPB, "Consejo Nacional de Protección Radiológica")
que opera desde Harwell en Oxfordshire, conocida con el sobrenombre de
la "Torre Oscura" para aquellos de nosotros que nos oponemos
al proyecto nuclear. Hasta hace bien poco, y en el período durante
el cual ocurrió lo de Chernóbil, el presidente era Sir Richard
Southwood. Southwood, otra lumbrera de Oxford como Doll, también
presidió el comité de la EEB (Encefalopatía Espongiforme
Bovina) del gobierno británico, que nos aseguró que la EEB
no podía cruzar la barrera de las especies. El director actual
del NRPB es también presidente del Comité Internacional
sobre Protección Radiológica, y por lo tanto es el líder
en riesgo radiactivo del mundo. Pero sus comités están cada
vez más aislados por el inexorable silencio de los hechos.
Las mutaciones también son provocadas por la radiación
ionizante -de hecho, la radiación es el mutágeno más
importante.
Los estudios realizados por el equipo "Genetic Fingerprint"
("Huellas Genéticas") de Alec Jeffreys sobre las mutaciones
del ADN en los niños de Chernóbil, publicado en "Nature"
en 1996, muestran que el concepto del NRPB de riesgo de mutación
con radiaciones a bajos niveles se queda corto en 10.000 veces. Existe
ahora una división entre el NRPB y el Consejo de Investigación
Médica, cuyo equipo (también en Harwell), bajo la dirección
del profesor Dudley Goodhead, está descubriendo alarmantes mutaciones
en células con dosis radiactivas increíblemente bajas (3).
Mientras tanto, ¿Qué decir de las asociaciones benéficas
contra el cáncer, cuyas tiendas están colonizando las ciudades
y los pueblos de Inglaterra y Gales?. ¿Por qué no buscan
la causa del cáncer, en lugar de gastar nuestro dinero en nuevos
tratamientos tóxicos que destruyen el cáncer al mismo tiempo
que al paciente? Me atrevería a decir que no quieren encontrar
la causa. No hay dinero en perspectiva en el descubrimiento de la causa;
es malo para el negocio. Pero sí que hay dinero, y mucho, en la
venta de tratamientos para personas desesperadas. El dinero de la investigación
del cáncer termina siempre cayendo en las manos de cualquiera que
sea la rama del negocio tecnológico que se esté desarrollando
en ese momento. Primero fue la radioterapia -más de lo mismo-,
luego la quimioterapia y ahora la terapia genética.
Y, finalmente, si después de todo resulta que toda esa gente, mayores,
jóvenes y niños, sufren y mueren porque expertos como Sir
Richard Doll menospreciaron los peligros medioambientales, a pesar de
existir pruebas abrumadoras de lo contrario, ¿Se nos permitirá
poner a estos expertos en el banquillo, al estilo del juicio de Nuremberg,
e investigar su participación en crímenes contra la humanidad?
Espero que sí.
Notas:
(*) Sobre el autor.
El doctor Chris Busby está especializado en química, física
y es un investigador independiente de los efectos de las radiaciones a
bajos niveles. Su libro "Wings of death: Nuclear pollution and human
health" ("Las alas de la muerte: contaminación nuclear
y salud humana"), de 1995, explicó de forma general las pruebas
que apuntan a la contaminación radiactiva como causa principal
de la mortalidad infantil en la década de 1960 y los aumentos actuales
de cáncer y otras enfermedades, especialmente en zonas muy lluviosas.
Acciones. En 1996, el doctor Busby participó en la fundación
de la Campaña de Bajos Niveles de Radiación ("The Low
Level Radiation Campaign"), que en la actualidad está trabajando
activamente en la resistencia contra la transposición de la Directiva
de EURATOM (2) en el Reino Unido. En calidad de miembro del Comité
Europeo sobre el Riesgo Radiactivo, también está trabajando
en un proyecto para la revocación del Tratado Euratom original
de 1957, que exigía el desarrollo de la energía nuclear
en toda Europa.
The Low Level Radiation Campaign, Ammondale, Spa Road, Llandrindod Wells,
Powys, LD1 5FY, Reino Unido. teléfono: +44 (0)1597 824771.
En 2003 coordinó la publicación de un excelente libro fruto
de la colaboración de un centenar de científicos independientes
sobre los efectos deliberadamente ocultados por el loby militar-industrial
de las bajas dosis de radiación.
que hemos presentado en números anteriores de este boletín
(nº 6,19)y en la revista de medicina holistica.
"Recomendations of the European Committee on Radiation Risk: The
Health Effects of Ionising Radiation Exposure at low doses for radiation
protection purposed"..Regulatorsed.2003.
www. euradcom.org.
(1) Sobre el fraude del epidemiólogo Sir Richard Doll, ver los
trabajos de M. Walker publicados en la revista de Medicina Holística.
nº 52, pgna 19.
(2) EURATOM. La Comisión Europea es conocida por sus esfuerzos
por "armonizar" todo, desde los impuestos hasta las dosis de
venenos "tolerables" en toda Europa.
El consejo directivo de 96/29/EURATOM es un ejemplo más cuando
establece normas para la radiactividad. Sin embargo, ocultas en el texto
hay cláusulas que, en realidad, suponen un aumento de materiales
radiactivos en el medio.
Euratom está descaradamente al servicio del lobby militaroindustrial.
3) Recordemos que la inocuidad de las bajas dosis de radiación
es un fraude pseudocientífico que hemos demostradamente documentado
(incluyendo el trabajo del profesor Dudley Goodhead) ampliamente en anteriores
números de este boletín y en nuestra revista Medicina Holística
desde hace años.
Contactos :
Cris Busby.
The Green Party, 1A Waterlow Road, London, N19 5NJ, Inglaterra. Tel: +44
(0)171 272 4474. Correo-e: <gptyoffice@gn.apc.org>.
European Committee on Radiation Risk
www. euradcom.org.
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