Boletín 544

29 Julio 2014

 

La guerra del gas y su extensión de Irak a Gaza

 

    • La mierda del diablo y su extensión de Irak a Gaza
      Alfredo Embid


    • Gaza: el gas en la mirilla
      Manlio Dinucci


    • La «solución» para Gaza
      Manlio Dinucci


    • Extendiendo la guerra del gas en el Levante
      Thierry Meyssan

La mierda del diablo y su extensión de Irak a Gaza

Alfredo Embid

ste boletín completa el ya publicado Boletín nº 540 “Claves para entender los sucesos de Irak” [1] donde se revelan las conexiones entre el conflicto irakí, los hidrocarburos de Irak y las rutas del gas iraní a través de Siria al Mediterráneo y a China.
Los efectos se amplían ahora que se ha dado a conocer el descubrimiento de nuevos yacimientos en Gaza cuya importancia y ubicación fue mantenida secreta igual que la de los de Siria. En Gaza  Israel pretende robar el gas palestino expulsando a la población según un antiguo plan bien establecido utilizando la excusa de los 3 israelíes muertos. [2]

Los acuerdos internacionales establecidos para los yacimientos Marine-1 y Marine-2, desde 1999 en las aguas territoriales de Gaza han sido boicoteados reiteradamente por Israel. A estos yacimientos en el mar hay que añadir según la agencia gubernamental estadounidense de estudios geológicos otros yacimientos de gas y de petróleo en los territorios palestinos de Gaza y de Cisjordania.
Estos yacimientos de gas codiciados en el Mediterráneo incluyen también los de la costa del Líbano descubierto en 2010, el Leviathan (que comparten Israel y Líbano) lo que explica el interés de extender la desestabilización también a este país.
Además del interés de conectar el BTC desde Turquía con el Trans-Israel que llevaría los recursos del mar Caspio al Rojo abriéndole camino a Asia... a condición de suprimir la costa Siria y del Líbano como propuso hace años el Teniente Coronel Ralph Peters.[3]

Mapa: Yacimientos de gas en el Mediterráneo oriental.

Cuando Siria en 2013 conoció la importancia de sus yacimientos, que había sido ocultada, firmó varios contratos con Rusia para la futura explotación del gas sirio.
En 2014 los palestinos discutieron con Rusia la posibilidad de confiarle la explotación de su yacimiento de gas de las aguas de Gaza, un yacimiento de petróleo en los alrededores de la ciudad palestina de Ramallah, en Cisjordania y la construcción de una termoeléctrica.[4]

Así pues la principal causa común de estos conflictos en Irak, Gaza, en Siria y en el Líbano es pues de nuevo la mierda del diablo, como denominan los africanos a nuestro “oro negro”. Sin comprenderlo es imposible entender el nuevo genocidio en Gaza.

Se trata además de los objetivos regionales, de impedir el desarrollo de Rusia y sobre todo de China, que es quién necesita los hidrocarburos para proseguir su espectacular desarrollo económico, ya que a Rusia le sobran.

El hecho, del que ya informamos, de que los irakíes hayan firmado ya hace años el paso por su territorio del gaseoducto Irán – Siria – Mediterráneo, de que ya estén vendiendo cantidades importantes de gas a China y hayan aceptado la colaboración china en la prospección de los hidrocarburos en su país, que ya está funcionando, es un agravante.
La posible cooperación respecto a los nuevos yacimientos sirios con Rusia es otro motivo de inquietud. Que palestinos también consideren aceptar la ayuda de Rusia para la construcción de su infraestructura en energética también lo es.
Y todavía más si consideramos la reciente cooperación militar entre Irak, Irán y Rusia. [5]
Todo ello hace más urgente para Estados Unidos e Israel impedir estos acuerdos para poder robar los hidrocarburos de toda la zona impunemente.

Además hay que considerar que son un mal ejemplo de colaboración. Tanto China como Rusia logran estas cooperaciones mediante acuerdos comerciales, sin disparar un solo misil y sin imposiciones políticas, justo al contrario que Estados Unidos.

Alfredo Embid

 

Notas:

[1] Boletín nº 540 Claves para entender los sucesos de Irak.
La mierda del diablo* y otras desobediencias Irakíes.
La Cooperación con Irán
La Cooperación con China
La “china” gorda en el zapato yanki es China.
Alfredo Embid.
http://ciaramc.org/ciar/boletines/cr_bol540.htm 

[2] La «solución» para Gaza  Manlio Dinucci
Red Voltaire | 27 de julio de 2014 Il Manifesto
http://www.voltairenet.org/article184868.html

[3] Boletín nº 541
Claves para entender los sucesos de Irak Parte II
El reparto de la tarta irakí y sus prolongaciones.
Alfredo Embid.
http://ciaramc.org/ciar/boletines/cr_bol541.htm

[4] Gaza: el gas en la mirilla
Manlio Dinucci
Il Manifesto. Red Voltaire | 18 de julio de 2014  http://www.voltairenet.org/article184782.html

[5] Boletín nº 540 Claves para entender los sucesos de Irak.
La mierda del diablo y otras desobediencias Irakíes. Alfredo Embid.
http://ciaramc.org/ciar/boletines/cr_bol540.htm  

Gaza: el gas en la mirilla

Manlio Dinucci


Y sigue la guerra por el gas. Después de haber atacado Siria y haberse repartido el gas de ese país antes de lograr conquistarlo, los occidentales atacaron Irak –utilizando para ello el Emirato Islámico– para cerrar el camino al gasoducto entre Irán y Siria. Y ahora están tratando de acabar con el Hamas que es, como las demás ramas de la Hermandad Musulmana, un aliado de Washington, pero se opone al saqueo del gas palestino.

Para encontrar una de las causas del ataque israelí contra Gaza hay que profundizar porque esa causa se halla exactamente a 600 metros por debajo del nivel del mar y a 30 kilómetros de la costa de la franja de Gaza. Allí, en las aguas territoriales palestinas, se encuentra un importante yacimiento de gas natural, el llamado Gaza Marine, estimado en 30 000 millones de metros cúbicos y de un valor de varios miles de millones de dólares. Según un mapa elaborado por la agencia gubernamental estadounidense U.S. Geological Survey también existen otros yacimientos de gas y de petróleo en tierra firme, en Gaza y en Cisjordania.

En 1999, mediante un acuerdo firmado por Yaser Arafat, la Autoridad Palestina confía la explotación de Gaza Marine a un consorcio conformado por British Group y la compañía privada palestina Consolidated Contractors, que disponen respectivamente del 60 y el 30% de las acciones. El 10% restante correspondería al Fondo de Inversiones de la Autoridad Palestina. Se perforan 2 pozos, Gaza Marine 1 y Gaza Marine 2. Pero nunca llegan a iniciar la producción porque Israel, que quiere todo el gas a precios ínfimos, los bloquea.

A través del ex primer ministro británico Tony Blair, enviado del «Cuarteto para el Medio Oriente», se prepara un acuerdo con Israel, que priva a los palestinos de las tres cuartas partes de los futuros ingresos del gas y pone la parte que les toca en una cuenta internacional bajo control de Washington y Londres.

Pero, inmediatamente después de ganar las elecciones de 2006, el Hamas rechaza ese acuerdo, calificándolo de robo, y exige su renegociación. En 2007, el actual ministro israelí de Defensa Moshe Ya’alon declara que «el gas no podrá extraerse sin una operación militar que ponga fin al control del Hamas en Gaza».

En 2008, Israel desata contra Gaza la operación «Plomo Fundido». En septiembre de 2012, la Autoridad Palestina anuncia que, a pesar de la oposición del Hamas, ha reanudado las negociaciones con Israel sobre la cuestión del gas. Dos meses después, la admisión de Palestina en la ONU como «Estado observador no miembro» fortalece la posición de la Autoridad Palestina en las negociaciones. Pero Gaza Marine sigue bloqueado, lo cual impide que los palestinos puedan explotar la riqueza natural existente en su territorio.

La Autoridad Palestina se lanzó entonces por otro camino. El 23 de enero de 2014, durante el encuentro del presidente palestino Abbas con el presidente ruso Putin, se discutió la posibilidad de confiar a la compañía rusa Gazprom la explotación del yacimiento de gas de las aguas de Gaza. Así lo anuncia la agencia Itar-Tass, subrayando que Rusia y Palestina tienen intenciones de fortalecer la cooperación bilateral en el sector energético. En ese marco, además de la explotación del yacimiento marítimo de gas, se prevé también la de un yacimiento de petróleo en los alrededores de la ciudad palestina de Ramallah, en Cisjordania. Y la compañía rusa Technopromexport está dispuesta a participar en la construcción de una termoeléctrica de una potencia de 200 MW en la misma zona.

La formación de un nuevo gobierno palestino de unidad nacional, el 2 de junio de 2014, acrecienta las posibilidades de concretar el acuerdo entre Palestina y Rusia.

Diez días después, el 12 de junio, se anuncia el secuestro de los 3 jóvenes israelíes, encontrados muertos el 30 de junio, proporcionando así el casus belli que da inicio a la operación «Margen protector» contra la franja de Gaza. Operación que forma parte de la estrategia de Tel Aviv, que busca apropiarse de las reservas energéticas de toda la cuenca del Levante, incluyendo las de Palestina, las del Líbano y las de Siria.

Y también encaja en la estrategia de Washington que, con su apoyo a Israel, trata de garantizarse el control de todo el Medio Oriente impidiendo que Rusia vuelva a ganar influencia en la región.

Estamos ante una mezcla explosiva, cuyas víctimas son –otra vez– los palestinos.

Manlio Dinucci

 

FUENTE:

Gaza: el gas en la mirilla

Manlio Dinucci

Il Manifesto. Red Voltaire | 18 de julio de 2014 http://www.voltairenet.org/article184782.html

La «solución» para Gaza
 
Manlio Dinucci

La ola de violencia impune contra la población de Gaza exacerba los apetitos de las diferentes facciones israelíes. El vicepresidente del parlamento israelí y rival de Netanyahu en el seno del Likud, Moshe Feiglin, propone expulsar de una vez a toda la población de Gaza (1,5 millones de personas), territorio que el «Estado judío» anexaría de inmediato. Según Ahmed Abul Gheit, ex ministro egipcio de Exteriores, Estados Unidos organizó en 2011 la caída de Hosni Mubarak precisamente porque este último se oponía a la solicitud de Washington de desplazar la población de Gaza para el Sinaí.

Moshe Feiglin, vicepresidente del parlamento israelí y miembro del Likud.

A la sombra del secretario de Estado John Kerry, el secretario general de la ONU Ban Ki-moon, altamente agradecido ante el «compromiso dinámico» del jefe de la diplomacia estadounidense, está buscando en Jerusalén la manera de «poner fin a la crisis de Gaza». Pero Ban Ki-moon parece ignorar que existe alguien que ya encontró esa solución. El vicepresidente del parlamento de Israel, Moshe Feiglin, ha presentado, en efecto, un plan para «una solución en Gaza» [1].

Ese plan se compone de 7 fases:

1) El ultimátum, impuesto a la «población enemiga» a la que se intima a abandonar las áreas donde se encuentran los combatientes del Hamas «trasladándose al Sinaí, no lejos de Gaza».

2) El ataque, desencadenado por las fuerzas armadas de Israel «en toda Gaza con el máximo de fuerza (y no con una parte minúscula de esa fuerza)» contra todos los objetivos militares y la infraestructura «sin consideración alguna por los escudos humanos y daños al medio ambiente».

3) El asedio, simultáneo con el ataque, para que «nada pueda entrar en Gaza ni salir de Gaza».

4) La defensa, para «golpear con plena fuerza y sin consideración por los escudos humanos» cualquier lugar de donde haya partido un ataque contra Israel o contra sus fuerzas armadas.

5) La conquista, emprendida por las fuerzas armadas israelíes, que «acabarán con todos los enemigos armados en Gaza» y «tratarán conforme al derecho internacional a la población enemiga que no haya cometido fechorías y que se haya separado de los terroristas armados, [población] que será autorizada a abandonar Gaza».

7) La soberanía, sobre Gaza, «que se convertirá para siempre en parte de Israel y será poblada por judíos», contribuyendo así a «aliviar la crisis de alojamiento en Israel». A los habitantes árabes, quienes «según los sondeos en su mayoría quieren abandonar Gaza», se les ofrecerá «una generosa ayuda para la emigración internacional», ayuda que sin embargo se concederá solamente a «aquellos que no estén implicados en actividades antiisraelíes». Los árabes que opten por quedarse en Gaza recibirán un permiso de estancia en Israel y, después de cierto número de años, «los que acepten la dominación, las reglas y el modo de vida del Estado judío en su propia tierra» podrán convertirse en ciudadanos israelíes.

Ese plan no sale de la mente de un simple fanático sino del cerebro de un político que está obteniendo un creciente consenso en Israel. Moshe Feiglin es el jefe de Manhigut Yehudit (en español, «Liderazgo judío»), la facción más grande en el seno del Comité Central del Likud, o sea el partido en el poder. En 2012, durante la elección de la dirección del Likud, Moshe Feiglin hizo campaña en contra de Benyamin Netanyahu y obtuvo un 23% de los votos. Su ascenso ha sido continuo desde aquel momento, tanto que en julio de 2014 agregó a su cargo de vicepresidente del parlamento israelí el de miembro de la influyente Comisión de Relaciones Exteriores y de Defensa.

Si se analiza el plan que Feiglin está promoviendo activamente, tanto en Israel como en el extranjero (principalmente en Estados Unidos y Canadá), puede comprobarse que la actual operación contra la franja de Gaza incluye casi íntegramente las 4 primeras de las 7 fases previstas.

Visto desde esa perspectiva se percibe además que el verdadero objetivo de la retirada de los colonos israelíes de la región de Gaza –en 2005– no era otro que dejar el campo libre a las fuerzas armadas de Israel para la posterior realización de la operación «Plomo fundido» –en 2008/2009.

También se percibe que la actual operación «Margen protector» no es una simple respuesta a una acción anterior sino que, al igual que las operaciones anteriores, forma parte de un plan preciso, respaldado al menos por una parte consistente del Likud y tendiente a ocupar de manera permanente la franja de Gaza y a colonizarla expulsando de allí la población palestina. Y Feiglin seguramente ya tiene listo también el plan para «una solución en Cisjordania».
Manlio Dinucci

 

FUENTE:
La «solución» para Gaza  Manlio Dinucci
Red Voltaire | 27 de julio de 2014 Il Manifesto
http://www.voltairenet.org/article184868.html

 

Extendiendo la guerra del gas en el Levante
 
Thierry Meyssan

Después de 3 años de guerra contra Siria, los «occidentales» extienden deliberadamente su ofensiva a Irak y también a Palestina. Tras las aparentes contradicciones políticas entre partidos religiosos y partidos laicos, fuertes intereses económicos constituyen la verdadera explicación de esta estrategia. En el Levante, son muchos los grupos que han cambiado repetidamente de bando. Pero no debemos perder de vista que los yacimientos de gas siguen en los mismos lugares.

Como toda guerra implica la formación de una coalición, es muy natural que persiga múltiples objetivos ya que debe satisfacer los intereses particulares de cada miembro de la coalición.

Desde ese punto de vista, los combates que actualmente sacuden Palestina, Siria e Irak tienen como común denominador el hecho que los dirige un bloque que Estados Unidos ha organizado en contra de los pueblos que se le resisten y también que trata de concretar su plan de rediseño del «Medio Oriente ampliado» (Great Middle East) y de modificar el mercado mundial de la energía.

Sobre este último punto, dos cosas pueden cambiar: el trazado de los gasoductos y oleoductos y la explotación de nuevos yacimientos [1].

La guerra por el control de los pipelines en Irak

Desde el inicio de la guerra contra Siria, la OTAN ha estado tratando de cortar la vía de abastecimiento Teherán-Damasco (NIORDC, INPC) para favorecer corredores de circulación que permitan llevar hacia la costa siria tanto el gas de Qatar (ExxonMobil) como el de Arabia Saudita (Aramco) [2].

Un paso decisivo se concretó con la ofensiva emprendida en Irak por el Emirato Islámico, que dividió el territorio iraquí casi de arriba abajo dejando a Irán de un lado y del otro a Siria, Líbano y Palestina [3].

Este visible objetivo determina quién venderá su gas en Europa y, en dependencia del volumen del abastecimiento, a qué precio podrá venderlo. Eso basta para explicar la implicación de los 3 principales exportadores de gas (Rusia, Qatar e Irán) en esta guerra.
La guerra por la conquista del gas sirio

La OTAN ha agregado un segundo objetivo: el control de las reservas de gas del Levante y su posterior explotación. Todo el mundo sabe desde hace décadas que el sur del Mediterráneo encierra grandes yacimientos de gas natural –localizados en las aguas territoriales de Egipto, Israel, Palestina, Líbano, Siria, Turquía y Chipre. Pero sólo los «occidentales» sabían desde 2003 cómo estaban repartidos esos yacimientos y cómo se extendían bajo la plataforma continental.

Como reveló en aquel momento el profesor Imad Fawzi Shuebi [4], una compañía noruega llamada Ansis realizó legalmente en Siria un trabajo de medición del país en cooperación con la compañía petrolera nacional. Ansis trabajó también con otra compañía –igualmente noruega– llamada Sagex. Ambas compañías noruegas sobornaron a un responsable de los servicios secretos, realizaron secretamente una serie de investigaciones tridimensionales y descubrieron la increíble importancia de las reservas sirias de gas, que resultaron ser incluso más grandes que las de Qatar.

Posteriormente, Ansis pasó a ser propiedad de Veritas SSGT, una compañía franco-estadounidense con sede en Londres. Los datos que había recogido fueron revelados de inmediato a los gobiernos de Francia, Estados Unidos, Reino Unido e Israel, que rápidamente establecieron una alianza para destruir Siria y robar el gas de ese país.

En 2010, Estados Unidos confió a Francia y al Reino Unido la tarea de recolonizar Siria. París y Londres formaron entonces una coalición que designaron con el nombre de «Amigos de Siria». Esta coalición conformó un «Grupo de Trabajo para la Reconstrucción Económica y el Desarrollo» que se reunió, en mayo de 2013, en los Emiratos Árabes Unidos, bajo la presidencia de Alemania [5]. Unos 60 países se repartieron entonces el pastel que todavía no habían conquistado. Por supuesto, la mayoría de los países participantes en aquel encuentro ignoraban lo que habían descubierto las compañías Ansis y Sagex. El Consejo Nacional Sirio estaba representado en aquel grupo de trabajo por Osama al-Kadi, ex responsable en British Gas de la aplicación de las estrategias militares al mercado de la energía.

No fue hasta el verano de 2013 que el gobierno sirio tuvo conocimiento de los descubrimientos de la Ansis y la Sogex, lo cual le permitió comprender cómo había logrado Washington montar la coalición que estaba tratando de acabar con el Estado sirio. A partir de aquel momento, el presidente sirio Bachar al-Assad ha firmado varios contratos con empresas rusas con vistas a la futura explotación del gas sirio.

El gas en Israel, en Palestina y en Líbano

Por su parte, British Gas exploraba las reservas palestinas. Pero Israel se oponía al inicio de su explotación por temor a que los palestinos utilizaran los ingresos para comprar armas.

En julio de 2007, el nuevo enviado especial del Cuarteto (ONU, Unión Europea, Rusia, Estados Unidos) Tony Blair negoció un acuerdo entre palestinos e israelíes, acuerdo que debía permitir la explotación de los yacimientos Marine-1 y Marine-2, en las aguas territoriales de Gaza. El entonces primer ministro de la Autoridad Palestina, Salam Fayyad, aceptó que British Gas depositara los ingresos de la Autoridad Palestina en una cuenta bancaria bajo control de Londres y Washington para garantizar que esos fondos se destinaran al desarrollo económico.

En aquella época, el ex jefe del estado mayor de las fuerzas armadas israelíes, general Moshe Ya’alon, publicaba en el sitio web del Jerusalem Center for Public Affairs un estruendoso artículo donde observaba que el acuerdo negociado por Tony Blair no resolvía el problema ya que, en definitiva, el Hamas acabaría teniendo acceso a una parte de aquel dinero mientras estuviese en el poder en Gaza. El general Ya’alon concluía que la única manera de garantizar que los ingresos del gas palestino no financiaran la Resistencia sería emprender «una operación militar global para arrancar de raíz el Hamas de Gaza» [6].

En octubre de 2010 las cosas se complicaron aún más cuando Noble Energy Inc. descubrió un mega yacimiento de gas offshore, el Leviathan, que abarca parte de las aguas territoriales israelíes y libanesas. El Leviathan venía a agregarse al yacimiento Tamar, descubierto en 2001 por British Gas en aguas israelíes [7].

El Líbano, por iniciativa del Hezbollah, presentó de inmediato el caso a la ONU e hizo valer sus derechos de explotación. Pero, ignorando las protestas libanesas, Israel comenzó a explotar unilateralmente el gas de los bolsones que abarcaban las aguas de ambos países.

La guerra por el gas palestino

La actual ofensiva de Israel contra la franja de Gaza tiene varios objetivos. En primer lugar, el Mossad organizó el anuncio del secuestro y asesinato de 3 jóvenes israelíes para impedir que el parlamento adoptara una ley que prohibiría la liberación de «terroristas» [8]. Y posteriormente, el general Moshe Ya’alon, hoy ministro de Defensa, utilizó ese pretexto para desatar una ofensiva contra el Hamas, aplicando así su análisis de 2007 [9].

El nuevo presidente de Egipto, general Abdel Fattah al-Sissi, contrató como consejero a Tony Blair, quien sin embargo no ha creído necesario renunciar a sus funciones como representante del Cuarteto [10]. Prosiguiendo la defensa de los intereses de British Gas, Blair sugirió entonces una «iniciativa de paz» totalmente inaceptable para los palestinos, iniciativa naturalmente rechazada por los palestinos pero aceptada por Israel. Es evidente que el objetivo de esa maniobra es proporcionar al ejército israelí la oportunidad de «arrancar de raíz el Hamas de Gaza». Y no es casual que el salario que recibe Tony Blair como consejero del presidente egipcio no proceda del presupuesto egipcio sino de las arcas de los Emiratos Árabes Unidos.

Como de costumbre, Irán y Siria han aportado su respaldo a la Resistencia palestina (la Yihad Islámica y el Hamas), demostrando así a Tel Aviv que pueden hacerle pagar en Palestina el daño que Israel les ha hecho en Irak a través del Emirato Islámico y del clan kurdo de los Barzani.

Lo único que permite llegar a una comprensión correcta de los acontecimientos es su lectura bajo el ángulo de los intereses en materia de control de las fuentes de energía ya que –desde el punto de vista político– no es de interés para Israel destruir el Hamas, movimiento a cuya creación contribuyó para debilitar a al-Fatah. Tampoco es interés de Siria ayudar el Hamas a resistir, tratándose de un movimiento que se alió con la OTAN y que ha enviado yihadistas a luchar contra el Estado sirio. La fase de la «primavera árabe», destinada a poner la Hermandad Musulmana en el poder en todos los países árabes, ha quedado atrás y no debemos olvidar que el Hamas no es otra cosa que la rama palestina de esa cofradía.

En definitiva, el imperialismo anglosajón actúa siempre en función de las ambiciones económicas que él mismo impone sin importarle las lógicas políticas locales. Lo que define de forma realmente duradera las fuerzas que conforman la dinámica del mundo árabe no es la diferencia entre partidos religiosos y laicos sino el hecho de estar en el bando de quienes colaboran con el imperialismo o en el bando de quienes han optado por la resistencia.

Thierry Meyssan

 

Notas:

[1] «La guerra en Siria: ¿una guerra por la energía?», por Alexandre Latsa, RIA Novosti / Red Voltaire, 19 de septiembre de 2013.

[2] «Yihadismo e industria petrolera», por Thierry Meyssan, Al-Watan / Red Voltaire, 23 de junio de 2014.

[3] Ese objetivo no es nuevo. Ver: «Siria: la OTAN apunta al gasoducto» y «Siria: la carrera por el oro negro», por Manlio Dinucci, Il Manifesto / Red Voltaire, 13 de octubre de 2012 y 2 de abril de 2013.

[4] Syrie: 10 ans de résistance, emisión de televisión en 6 capítulos, concebida y producida por Thierry Meyssan, transmitida por la televisión satelital siria en junio de 2014. La versión disponible a través de internet está enteramente en francés o subtitulada en francés, exceptuando algunas intervenciones del general estadounidense Wesley Clark, del analista mexicano Alfredo Jalife y del general ruso Leonid Ivashov. Por otra parte, el profesor Shueibi ya había ofrecido un esbozo de la cuestión, antes de tener información sobre los descubrimientos de las compañías Ansis y Sagex, en el trabajo titulado «Siria, centro de la guerra del gas en el Medio Oriente», por Imad Fawzi Shueibi, Red Voltaire, 13 de mayo de 2012.

[5] «Les “Amis de la Syrie” se partagent l’économie syrienne avant de l’avoir conquise», por German Foreign Policy, Horizons et débats / Réseau Voltaire, 14 de junio de 2012.

[6] «Does the Prospective Purchase of British Gas from Gaza Threaten Israel’s National Security?», por el teniente general (retirado) Moshe Yaalon, Jerusalem Center for Public Affairs, 19 de octubre de 2007. «Ya’alon: British Gas natural gas deal in Gaza will finance terror», por Avi Bar-Eli, Haaretz.

[7] «¿Se modifican las cartas geopolíticas en la cuenca del Levante e Israel?», por F. William Engdahl, Red Voltaire, 3 de junio de 2012.

[8] «El jefe del Mossad había vaticinado el secuestro de los tres jóvenes israelíes», por Gerhard Wisnewski, Red Voltaire, 11 de julio de 2014.

[9] «IDF’s Gaza assault is to control Palestinian gas, avert Israeli energy crisis», por Nafeez Ahmad, The Guardian, 9 de julio de 2014. «Gaza: el gas en la mirilla», por Manlio Dinucci, Il Manifesto/Red Voltaire, 18 de julio de 2014.

[10] «Tony Blair será consejero económico del presidente egipcio al-Sissi», Red Voltaire, 3 de julio de 2014.


FUENTE:
Extendiendo la guerra del gas en el Levante
Thierry Meyssan
Red Voltaire | Damasco | 21 de julio de 2014 Al-Watan (Siria)
http://www.voltairenet.org/article184792.html

 

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