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21 enero 2010

 

Contenido:

La militarización de la ayuda de emergencia a Haití
¿Operación humanitaria o invasión?
Michel Chossudovsky. Director de Global Reasearch.

El juego oculto de Washington. Los objetivos: EE.UU. comienza un desembarco militar en Haití.
Manuel Freytas. Director de IAR noticias
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La militarización de la ayuda de emergencia a Haití
¿Operación humanitaria o invasión?
Michel Chossudovsky

· Haití tiene una larga historia de intervenciones y ocupaciones militares estadounidenses que data de principios del siglo XX. El intervencionismo estadounidense ha contribuido a la destrucción de la economía nacional de Haití y al empobrecimiento de su población.

· Se ha presentado el devastador terremoto ante la opinión pública mundial como la única causa de la espantosa situación del país.
· Un país ha quedado destruido, toda su infraestructura desaparecida, precipitando a su pueblo a un abismo de pobreza y desesperación.
· Se ha intentado borrar la historia de Haití y su pasado colonial.
· El ejército de EE.UU. ha venido al rescate de una empobrecida nación. ¿Cuál es su mandato?
· ¿Es una operación humanitaria o una invasión?

Los principales actores de la “operación humanitaria” de EE.UU. son el Departamento de Estado, el Departamento de Defensa y la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés). (Véanse Discursos de USAID. On-The-Record Briefing on the Situation in Haiti , 13 de enero de 2010). A la USAID se le ha encomendado también canalizar la ayuda alimentaria hacia Haití que distribuye el Programa Alimentario Mundial. (Véase el comunicado de prensa de USAID: USAID to Provide Emergency Food Aid for Haiti Earthquake Victims , 13 de enero de 2010).

Sin embargo, el componente militar de la misión estadounidense tiende a eclipsar las funciones civiles de rescatar a una población desesperada y empobrecida. No son las agencias gubernamentales civiles, como FEMA o USAID quienes están dirigiendo a operación humanitaria global, sino el Pentágono. Y la decisión de llevarla a cabo ha recaído en el Comando Sur de EE.UU. (SOUTHCOM, por sus siglas en inglés).

Se está contemplando un despliegue masivo de personal militar. El Presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor, el Almirante Mike Mullen, ha confirmado que EE.UU. enviará de nueve a diez mil soldados a Haití, incluyendo 2.000 marines (American Forces Press Service, 14 enero 2010).

El portaaviones USS Carl Vinson y sus buques de apoyo han llegado ya a Puerto Príncipe (15 enero 2010). La Unidad Anfibia de la Marina, con 2.000 efectivos, así como los soldados de la 82 División Aerotransportada del Ejército de EE.UU. “están entrenados en una amplia variedad de misiones, entre las que se incluyen las de seguridad y control de disturbios, además de tareas humanitarias”.
A diferencia de los equipos de rescate y ayuda enviados por varios equipos y organizaciones civiles, el mandato humanitario del ejército de EE.UU. no está claramente definido.

“En definitiva, los marines son ante todo guerreros, y eso es lo que el mundo sabe de ellos… [pero] somos igualmente compasivos cuando tenemos que serlo, y ese es un papel que nos gustaría desempeñar: el de guerreros compasivos que llegan con la mano extendida para ayudar a quien lo necesite. Estamos entusiasmados con esta misión”. (Portavoz de los marines, comunicado de prensa de las fuerzas armadas: Marines Embark on Haiti Response Misión ”, 14 de enero de 2010).

Mientras los presidentes Obama y Préval hablan por teléfono, no se ofreció información alguna en cuanto a que los dos gobierno s estuvieran negociando la entrada y despliegue de tropas estadounidenses sobre suelo haitiano. Washington adoptó e impuso unilateralmente las decisiones. La ausencia total de un gobierno en funciones en Haití se utilizó para legitimar, a partir de motivos humanitarios, el envío de una poderosa fuerza militar, que ha asumido de facto diversas funciones gubernamentales.

Cuadro 1
Unidades militares estadounidenses que se enviarán a Haití (según pronunciamientos oficiales)

El buque de asalto anfibio USS Bataan (LHD 5) y los barcos de desembarco muelles anfibios USS Fort McHenry (LSD 43) y USS Carter Hall (LSD 50)
Una Unidad Anfibia de la Marina con 2000 soldados de la 22ª Unidad Expedicionaria de la Marina , y soldados de la 82 División Aerotransportada del Ejército de EE.UU. . Se esperaba que llegaran a Haití el 15 de enero 900 soldados.
El portaaviones USS Carl Vinson y sus buques de apoyo (llegaron a Puerto Príncipe el 15 de enero de 2010): USS Carl Vinson CVN 70 .
El buque hospital USNS Comfort .

Varios navíos y helicópteros de los Guardacostas de EE.UU.


El portaaviones nuclear USS Carl Vinson

Los tres buques anfibios se unirán al portaaviones USS Carl Vinson, al crucero de misiles USS Normandy y a la fragata de misiles guiados USS Underwood .


USS Normandy

Papel protagonista del Comando Sur de EE.UU.

El Comando Sur de EE.UU. (SOUTHCOM), que tiene su base en Miami es la “agencia principal” en Haiti. Su mandato como mando militar regional es el de llevar a cabo tar e as de guerra moderna. La misión que tiene asignada en Latinoamérica y en el Caribe es la de “dirigir operaciones militares y promover la cooperación en el terreno de la seguridad para conseguir los objetivos estratégicos de EE.UU.”. ( Our Misión – U.S. Southern Command (USSCOUTHCOM ). Los oficiales al mando están entrenados para supervisar los escenarios de las operaciones, las labores de policía militar así como de “contrainsurgencia” en Latinoamérica y en el Caribe, incluyendo el reciente establecimiento de nuevas bases militares de EE.UU. en Colombia, muy próximas a la frontera venezolana.

El General Douglas Fraser, comandante del Comando Sur de EE.UU. ha definido la operación de emergencia de Haití como una operación de [Co] mando, Control y Comunicaciones (C3). El Comando Sur de EE.UU. tiene que supervisar el despliegue masivo de todo el conglomerado bélico, incluidos varios buques de guerra, un portaaviones, divisiones de combate aerotransportadas, etc.:

“Por tanto, tenemos que desarrollar allí tareas de [co]mando, control y comunicaciones para que podamos conseguir entender mejor lo que está ocurriendo. Como los cuarteles de la MINUSHTAH (siglas en inglés de la Misión de Estabilización de Naciones Unidas en Haití), están parcialmente destruidos y han perdido gran parte de sus comunicaciones, tenemos también que ocuparnos de recuperar esa s comunicaciones .

Estamos enviando equipos de valoración conjuntamente con USAID, apoyando sus esfuerzos, poniendo todo lo que esté de nuestra parte.

Estamos enviando allí a varios de los buques que teníamos en la región –son buques pequeños, guardacostas, destructores- para proporcionar toda la asistencia inmediata que podamos sobre el terreno.

Tenemos también un portaaviones de la Marina de EE.UU., el USS Carl Vinson, navegando en esa dirección. Se encontraba en el mar de Norfolk, por eso le va a llevar un par de días llegar allí. Sólo necesitamos reabastecerlo y darle las provisiones que necesita para apoyar el esfuerzo de cara a Haití. Y después estamos contactando con las agencias internacionales para averiguar cómo podemos apoyar sus esfuerzos así como desplegar los nuestros.

También enviaremos un buque anfibio dotado de una gran cubierta, con una Unidad Expedicionaria de la Marina embarcada en él, que en un par de días estará detrás del USS Vinson.

Y eso nos da un amplio margen de capacidad para desplazar y aumentar los suministros para poder apoyar también los esfuerzos allí.

Sea cual sea el balance, no tenemos aún una valoración clara de cómo está la situación sobre el terreno, de cuáles son las necesidades en Puerto Príncipe, de cuál es el alcance de la situación.

Tenemos también, finalmente, un equipo que se dirige al aeropuerto. Mi comandante adjunto resulta que estaba en Haití cuando se produjo el terremoto, en una visita previamente fijada y ha estado en el aeropuerto. Dice que las pistas están operativas pero que la torre de control no tiene capacidad de comunicación. La erminal de pasajeros tiene daños estructurales, por eso no sabemos cómo está exactamente la situación.

Así que tenemos un grupo que va para allá para asegurar que podemos conseguir y asegurar el aeródromo y operar desde él, porque ese es uno de los lugares desde donde vamos a tener que hacer gran parte de los esfuerzos inmediatos a nivel internacional.

Y luego vamos a llevar a cabo todas las valoraciones que se consideren oportunas a medida que avancemos en los esfuerzos y en el trabajo.

También nos estamos coordinando sobre el terreno con la MINUSTAH, con la gente que está allí. El comandante de la MINUSTAH estaba en Miami cuando sobrevino esta situación, por eso justo ahora está regresando y en cualquier momento estará en Puerto Príncipe. Eso nos ayudará también a coordinar nuestros esfuerzos allí, porque es obvio que Naciones Unidas ha sufrido pérdidas importantes con el colapso al menos parcial de su sede.

Así que esos son los esfuerzos iniciales que tenemos en marcha. Y cuando hayamos hecho la valoración precisa, haremos los ajustes que sean necesarios.

El Secretario de Defensa, el Presidente, todos han dispuesto que este es un esfuerzo importante y estamos reuniendo todos los recursos del Departamento de Defensa para apoyar est e esfuerzo”. ( Defense.gov News Transcript: DOD News Briefing with Gen. Fraser from the Pentagon , 13 de enero de 2010).

Un informe de la Fundación Heritage resume el contenido de la misión de Estados Unidos en Haití: “ Para EE.UU., el terremoto tiene implicaciones tanto humanitarias como de seguridad nacional, lo que requiere una respuesta rápida que no sólo tiene que ser audaz sino también decisiva, movilizando las capacidades civiles, del ejército y del gobierno tanto para el rescate a corto plazo y los esfuerzos de socorrer a las víctimas como para un programa de recuperación y reformas a largo plazo en Haití”. (James M. Roberts and Ray Walter: “ American Leadership Necessary to Assist Haiti After Devastating Earthquake , Fundación Heritage, 14 de enero de 2010).

Al principio, la misión militar se ocupará de la ayuda de emergencia, así como de actividades de policía y seguridad pública.

La Fuerza Aérea de EE.UU. controla el aeropuerto

La Fuerza Aérea de EE.UU. ha asumido las funciones de control del tráfico aéreo así como la gestión del aeropuerto de Puerto Príncipe. Es decir, el ejército estadounidense regula el flujo de la ayuda y suministros de emergencia que llegan al país en aviones civiles. La Fuerza Aérea de EE.UU. no trabaja bajo las órdenes o instrucciones de los funcionarios del aeropuerto de Haití. Esos funcionarios han sido desplazados. El aeropuerto está controlado por el ejército estadounidense (Entrevista con el Embajador haitiano ante EE.UU. R. Joseph, PBS News, 15 de enero de 2010).

El equipo de las Fuerzas Armadas está trabajando con los controladores de combate del Departamento de Defensa para mejorar el flujo del tráfico aéreo que entra y sale del aeropuerto. La Fuerza Aérea de EE.UU. volvió a abrir el aeropuerto el 14 de enero, y el 15 de enero su grupo de respuesta ante las emergencias había conseguido ya hacerse con la autoridad suprema del aeródromo… La autoridad suprema del aeródromo posibilita que la Fuerza Aérea priorice, programe y controle el espacio aéreo en el aeropuerto…” ( flightglobal.com , 16 de enero de 2010 , negrita añadida ).

Se ha enviado a Haití al buque hospital de la Marina de EE.UU., con 1.000 camas, el USNS Comfort, que incluye más de 1.000 médicos y personal de apoyo, bajo la jurisdicción del Comando Sur (Véase: “ Navy hospital ship with 1,000 beds readies for Haiti quake relief ” , Digital Journal, 14 de enero de 1010) . En el momento en el que se produjo el terremoto, había allí alrededor de 7.100 efectivos militares y unos 2.000 policías, es decir, una fuerza extranjera de 9.000 efectivos frente a la cifra de menos de 500 miembros civiles internacionales de la MINUSTAH. MINUSTAH Hechos y Cifras – Misión de Estabilizaci ón de las Naciones Unidas en Haiti .

CUADRO 2

Misión de Estabilización de Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH)
Fuerzas actuales (30 de noviembre de 2009)
Total personal uniformado: 9.065
7.031 soldados
2.034 policías
488 personal civil internacional
1.212 equipo civil local
212 voluntarios de Naciones Unidas

Fuerzas estimadas combinando el SOUTHCOM y la MINUSTAH: 19.095 (excluyendo las comprometidas por Francia –sin confirmar-, y Canadá –confirmados 800 soldados-. EE.UU., Francia y Canadá fueron “socios” en el golpe de Estado del 29 de febrero de 2004).

Haití lleva bajo ocupación militar extranjera desde que EE.UU. instigó el golpe de Estado de febrero de 2004. El contingente de las fuerzas estadounidenses bajo el SOUTHCOM, combinado con la MINUSTAH supone una presencia militar extranjera en Haití cerca de los 20.000 soldados, en un país de nueve millones de personas. En comparación con Afganistán, antes del incremento militar de Obama, las fuerzas combinadas de EE.UU. y de la OTAN eran del orden de 70.000 para una población de 28 millones. Es decir, partiendo de un cálculo per cápita , habrá más tropas en Haití que en Afganistán.

Recientes intervenciones del ejército estadounidense en Haití

En la historia reciente de Haití, ha habido varias intervenciones militares patrocinadas por EE.UU..

En 1994, tras tres años de gobierno militar, se envió a Haití una fuerza de 20.000 soldados ocupantes y “fuerzas de paz”. La intervención del ejército estadounidense en 1994 “no tenía intención alguna de restaurar la democracia. Muy al contrario: se produjo para impedir una insurrección popular contra la Junta militar y sus cohortes neoliberales”. (Michel Chossudovsky, The Destabiliza tion of Haiti, Global Research, 28 de febrero de 2004 ) .

Las tropas aliadas y estadounidenses permanecieron en el país hasta 1999. Las fuerzas armadas haitianas se deshicieron y el Departamento de Estado de EE.UU. alquiló a DynCorp una compañía mercenaria para que proporcionara “asesoramiento técnico” para reestructurar la Policía Nacional haitiana. (Ibid).

El golpe de Estado de febrero de 2004

En los meses anteriores al golpe de Estado de 2004, las fuerzas especiales estadounidenses y la CIA estuvieron entrenando a escuadrones de la muerte compuestos por los antiguos tonton-macoute de la era Duvalier. El ejército paramilitar rebelde cruzó la frontera desde la República Dominicana a primeros de febrero de 2004. “Era una unidad paramilitar bien armada, entrenada y equipada integrada por antiguos miembros de Le Front pour l’avancement et le progrès d’Haiti (FRAP, por sus siglas en francés), los escuadrones de la muerte de “paisano”, implicados en matanzas masivas de civiles y asesinatos políticos durante el golpe militar patrocinado por la CIA en 1991, que provocaron el derrocamiento del gobierno democráticamente elegido del Presidente Jean Bertrand Aristide”. (Véase Michel Chossudovsky: The Destabilization of Haiti: Global Research. 28 de febrero de 2004 ).

Se enviaron tropas extranjeras a Haití . Se estableció la MINUSTAH tras el golpe de Estado patrocinado por EE.UU. en febrero de 2004 , y se secuestró y deportó al Presidente Jean Bertrand Aristide. EE.UU. instigó el golpe con el apoyo de Francia y Canadá.

Posteriormente, las unidades del FRAPH integraron la fuerza policial del país, que estaba bajo la supervisión de la MINUSTAH. En el caos político y social creado por el terremoto, la antigua milicia armada y los tonton-macoute jugarán un nuevo papel.

Agenda oculta

La misión tácita del Comando Sur de EE.UU. (SOUTHCOM) , con cuarteles en Miami e instalaciones militares por toda América Latina, es asegurar el mantenimiento de regímenes nacionales serviles, es decir, de gobiernos – títere de EE.UU., comprometidos con el Consensus de Washington y con la agenda política neoliberal. Aunque el personal del ejército estadounidense se implicará activamente desde el principio en la ayuda de emergencia, esta renovada presencia militar estadounidense en Haití se utilizará para establecer un a firme presencia en el país así como para perseguir los objetivos geopolíticos y estratégicos de EE.UU. en la cuenca caribeña, en gran medida dirigidos contra Cuba y Venezuela.

El objetivo no tiene nada que ver con trabajar para rehabilitar el gobierno nacional, la presidencia, el parlamento, todo lo que ha quedado diezmado por el terremoto. Desde la caída de la dictadura de Duvalier, el designio de EE.UU. ha sido ir gradualmente desmantelando el Estado haitiano, restaurar los modelos coloniales y obstruir el funcionamiento de un gobierno democrático. En el contexto actual, el objetivo no sólo trata de liquidar al gobierno sino también cambiar el mandato de la MINUSTAH, cuyos cuarteles han quedado destruidos.

“El papel de ponerse al frente de los esfuerzos para la ayuda y gestionar la crisis cayeron rápidamente sobre EE.UU., a falta –al menos en el corto plazo- de cualquier otra entidad capaz de hacerlo”. (“ US Takes Charge in Haiti With Troops, Rescue Aid ”, NYT imes.com, 14 de enero de 2009).

Antes del terremoto había allí, según fuentes del ejército estadounidense, alrededor de veinte efectivos de EE.UU.. De un día para otro ha sobrevenido un descarado incremento militar: 10.000 soldados, marines, fuerzas especiales, operativos de inteligencia, etc., por no mencionar las fuerzas mercenarias privadas contratadas por el Pentágono.

Es absolutamente probable que la operación humanitaria se utilice como pretexto y justificación para establecer una presencia militar estadounidense más permanente en Haití.

Estamos viendo un despliegue masivo, un “incremento” de personal militar dedicado a la ayuda de emergencia.

La primera misión del SOUTHCOM será asumir el control de lo que quede de la infraestructura de las comunicaciones, transporte y energía. El aeropuerto está ya de hecho bajo el control de EE.UU.. Con toda probabilidad, las actividades de la MINUSTAH que desde el principio, desde 2004, han servido a los intereses de la política exterior de EE.UU., a saber, la misión de Naciones Unidas, se pondrá de facto bajo el control del ejército estadounidense.

La militarización de las organizaciones de ayuda de la sociedad civil

El ejército estadounidense en Haití trata de supervisar las actividades de las organizaciones humanitarias autorizadas. También parece estar invadiendo las actividades humanitarias de Venezuela y Cuba:

“El gobierno del Presidente René Préval es débil y está ahora literalmente inmerso en el caos más absoluto. Es probable que Cuba y Venezuela, que ya han intentado minimizar la influencia de EE.UU. en la región, aprovechen esta oportunidad para elevar su perfil y su influencia…” (James M. Roberts y Ray Walser: American Leadership Necessary to Assit Haití After Devastating Earthquake ”, Fundación Hermitage, 14 de enero de 2010).

En EE.UU. se instigó ya durante la crisis del Katrina la militarización de las operaciones de ayuda en situaciones de emergencia cuando se llamó al ejército estadounidense a desempeñar un papel principal.

El modelo de intervención de emergencia para el SOUTHCOM toma como modelo el papel del NORTHCOM, a quien se concedió un mandato como “agencia principal” en los procedimientos para situaciones de emergencia internas de EE.UU..

En 2005, durante el huracán Rita, se establecieron unas bases detalladas para la “militarización de la ayuda de emergencia” que implicaba un papel dirigente para el NORTHCOM. A este respecto, Bush había insinuado acerca del papel central del ejército en la ayuda de emergencia: “¿Hay algún desastre natural –de una cierta gravedad- que permitiera que el Departamento de Defensa se convierta en la agencia principal para coordinar y dirigir los esfuerzos de respuesta? Es muy importante que el Congreso piense en ello”. (Declaración del Presidente Bush en una conferencia de prensa: “ Bush Urges Shift in Relief Responsabilities ”, Washington Post, 26 de septiembre de 2005).

“La respuesta al desastre nacional no se está coordinando por el gobierno civil fuera de Texas, sino desde un lugar remoto y de acuerdo con criterios militares. Los cuarteles del Comando Norte de EE.UU. controlarán directamente el movimiento del personal militar y armamento en el Golfo de Mexico. Pero en este caso, toda la operación está más bajo la jurisdicción del ejército que bajo la del FEMA ”. (Michel Chossudovsky, “ US Northern Command and Hurricane Rita ”, Global Research, 24 de septiembre de 2005).

CONCLUSIONES

· Haití es un país bajo ocupación militar desde que EE.UU. instigó el golpe de Estado de febrero de 2004.

· La entrada de diez mil soldados estadounidenses fuertemente armados, junto con las actividades de las milicias locales, podría precipitar al país al caos social.

· Esas fuerzas extranjeras han entrado en el país para reforzar a los “mantenedores de la paz” de la MINUSTAH y a las fuerzas policiales de Haití (integradas por ex tonton-macoute ), quienes, desde 2004, han sido responsables todos ellos de los crímenes de guerra perpetrados contra el pueblo haitiano, incluida la matanza indiscriminada de civiles .

· Esas tropas reforzarán a las actuales fuerzas ocupantes bajo mandato de Naciones Unidas.

· En el país habrá presentes 20.000 soldados extranjeros bajo el mando del SOUTHCOM y de la MINUSTAH. Es absolutamente probable que se produzca la integración o coordinación de las estructuras de m ando del SOUTHCOM y la MINUSTAH.

· El pueblo haitiano ha demostrado un alto grado de solidaridad, coraje y compromiso social, ayudándose unos a otros y actuando con conciencia: bajo condiciones muy difíciles, inmediatamente después del desastre, se formaron espontáneamente equipos de rescate formados por ciudadanos.

· La militarización de las operaciones de ayuda debilitará las capacidades organizativas de los haitianos para reconstruir y restaurar las instituciones del gobierno civil que han resultado destruidas. También impedirá los esfuerzos de los equipos médicos internacionales y de las organizaciones civiles de ayuda.

· Es absolutamente esencial que el pueblo haitiano siga oponiéndose contundentemente a la presencia de tropas extranjeras en su país, especialmente en las operaciones de seguridad pública.

· Es fundamental que los estadounidenses se opongan con todas sus fuerzas a la decisión de la administración Obama de enviar tropas de combate de EE.UU. a Haití.

· No puede haber verdadera reconstrucción o desarrollo bajo una ocupación militar extranjera.

Fuente: http://www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=17000Global Research. Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández. http://rebelion.org/noticia.php?id=98917
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El juego oculto de Washington . Los objetivos: EE.UU. comienza un desembarco militar en Haití.

Manuel Freytas

El portaaviones nuclear Carl Vinson ya está en las costas haitianas

Además del crecimiento meteórico de los saqueos y de la violencia social en las últimas horas, las advertencias del gobierno haitiano son contundentes: Si no se atiende en forma inmediata a las necesidades de supervivencia de las víctimas, el país se encamina hacia un estallido social de consecuencias imprevisibles.

En la misma apreciación coinciden la ONU, la Cruz Roja, y, en general, todos los corresponsales y las organizaciones internacionales que actúan en el área del desastre.  No obstante, nada indica que esa operación de rescate y ayuda coordinada internacional pueda producirse en lo inmediato, lo que torna a Haití en una verdadera "olla de presión" social con bandas armadas incentivando y multiplicando la rebelión por todo Puerto Príncipe.

En este escenario, y de aquí al lunes, el Pentágono inició una operación militar en alta escala para rodear y ocupar Haití dentro de un anillo de "seguridad nuclear" bajo el (absurdo) argumento justificatorio de brindar "ayuda humanitaria" a las víctimas de la catástrofe.

Antes del lunes EE.UU. despachará una flota a Haití, compuesta por buques, submarinos, aviones y helicópteros (la mayoría dotados con poder nuclear), e incrementará la  presencia militar norteamericana de 1.000 a 10.000 soldados, según informó el jefe del Estado Mayor Conjunto, almirante Mike Mullen.

Mientras tanto, el  Pentágono informó el viernes de la llegada de su portaaviones nuclear USS Carl Vinson, con 19 helicópteros y fuerzas especiales que desembarcarán en las áreas de catástrofe.

De acuerdo con lo informado por Mullen, la misión del  Carl Vinson es estrictamente "humanitaria" ya que cuenta con una capacidad de 51 camas de hospital, tres salas de operaciones quirúrgicas, y la capacidad de producir cientos de miles de litros de agua potable al día.

El absurdo de esta afirmación consiste en que este "equipamiento médico" metido dentro de un portaaviones nuclear es inconsistente con las necesidades masivas de atención de las víctimas haitianas (heridos sin atención) que suman decenas de miles por toda la zona devastada. 

Según al CNN,  una compañía de la 82 División Aerotransportada de EE.UU., formada por unos 100 soldados, se encuentra ya en Haití preparando el campamento para la llegada durante el fin de semana, del resto de la brigada (unos 3.500 soldados de fuerzas especiales).

Ante la suspicacia internacional que despertó este virtual dispositivo de ocupación militar de Haití (escudado en la "ayuda humanitaria") Obama y los jefes del Pentágono salieron a aflojar tensiones.

Curiosamente, Obama realizó el anuncio el despliegue militar como una "misión humanitaria" coordinada con el gobierno  de Haití, rodeado de sus principales asesores militares.

"Esta mañana he conversado con el presidente Préval de Haití", señaló el viernes Obama a la prensa. "Como otros muchos haitianos, el presidente ha perdido su hogar, y su Gobierno está trabajando en unas condiciones extremadamente difíciles", añadió. En consecuencia, "como vecinos y amigos de Haití", Obama dijo haber prometido a su homólogo "el pleno apoyo del pueblo norteamericano" en la recuperación del devastado país.

En medio de temores de que el malestar local y la frustración por el retraso de la asistencia pueda transformarse en violencia, el secretario de Defensa de EE.UU., Robert Gates, dijo el viernes que salvo algunos robos de comida y agua y algunos saqueos menores la situación de seguridad en Haití sigue siendo "bastante buena".

P.J. Crowley, portavoz del Departamento de Estado estadounidense, comentó que la distribución de asistencia debería mejorar. Sin embargo, el aeropuerto de Puerto Príncipe tiene una capacidad limitada y el puerto aún está inutilizable, según consigna un corresponsal de Asociatted Press

El jefe del Pentágono, Robert Gates, dijo por su parte a la prensa que el pueblo haitiano sentía el despliegue como "un alivio". Bajo esa justificación, los marines estadounidenses tomaron el viernes el control del aeropuerto de Puerto Príncipe para "acelerar la ayuda humanitaria".

"No creo que nos vean así", como una fuerza ocupante, dijo el jefe del Pentágono. "Dado que estamos dedicándonos a repartir agua y comida y atención médica, yo creo que la reacción (del pueblo haitiano) es de alivio, al ver que Estados Unidos les da este tipo de ayuda".

Mientras tanto una  fuerza especial de la infantería de marina ya tomó el control del aeropuerto, donde se amontona un hervidero de refugiados en espera de ser evacuados, y de periodistas y de miembros de  organizaciones internacionales de todo el mundo.

Los objetivos de Washington

Según desliza The Washington Post, el verdadero objetivo de la flota norteamericana es rodear a Haití con un anillo de seguridad militar en prevención de los posibles (y previstos) brotes de violencia que amenazan con extenderse a todo el territorio haitiano.

Pero hay otra razón de fondo que parece justificar el desembarco militar: EE.UU. (en su condición de dueño del Patio Trasero) busca imponer su hegemonía de potencia nuclear y consolidar su control en la zona de catástrofe como ya lo hizo durante el tsunami asiático.

Los objetivos pueden ser varios, pero hay uno que sobresale nítidamente: Reemplazar a los Cascos Azules de la ONU y constituirse en única autoridad militar con un control directo sobre el gobierno de Haití.

Después del golpe en Honduras, los halcones y ultraconservadores de Washington impusieron a Obama un replanteo  de las relaciones estratégicas con los gobiernos de la región.

Para los halcones ultra conservadores USA (el Pentágono y el "capitalismo de guerra" del Complejo Militar Industrial) Chávez y sus aliados son la "dictadura comunista" que querían apoderarse de Honduras de la mano de Zelaya.

El golpe hondureño, en realidad, fue sólo la punta del iceberg de un proceso geopolítico militar más profundo impulsado por el poder conservador de EE.UU., que intenta sustituir a una estrategia de dominio que considera "demasiado blanda" (el "sistema democrático" de poderes civiles) por una alternativa de mayor control militar de la región adaptado a las crisis y a los conflictos intercapitalistas que se avecinan en el planeta.

Los conservadores (demócratas y republicanos) y los halcones militaristas  que controlan los resortes de decisión del Pentágono y del Complejo Militar Industrial (capitalismo de guerra), están convencidos de que las políticas de "diálogo y tolerancia" que propicia Obama conducen a una pérdida del poder militar de EE.UU. y a una fortificación de sus enemigos situados en el "eje del mal".

La reactivación de la IV Flota USA patrullando aguas latinoamericanas fue una señal clara -dicen expertos regionales- de que EE.UU. está lanzando una señal preventiva a quienes se atrevan a poner los pies sobre los recursos estratégicos de la región (petróleo, agua potable y biodiversidad) que considera como suyos.

Enmarcado en estos hechos, el Pentágono y el Departamento de Estado ven como "potencial peligro" (con posibles ramificaciones en otros países) el desembarco comercial-militar del eje Rusia-China-Irán en América Latina utilizando a Venezuela  como plataforma.

Expertos que manejan información confidencial en Washington vienen advirtiendo que las claves del golpe de Estado en Honduras y el incremento de la presencia militar USA en Colombia (bases militares) se encuentran en la creciente influencia (militar y comercial) rusa-iraní en América Latina y en su alianza estratégica con Venezuela.

La "cumbre" Medvedev-Chávez, a fines del año pasado, formó  parte del decorado de una estrategia para integrar a Chávez como nuevo jugador en el tablero de la "guerra fría" Washington-Moscú, donde América Latina y la región petrolera del Caribe se convierten en un nuevo posible escenario de la guerra por el control de la energía entre Rusia y EE.UU..

En ese escenario, los halcones  del Pentágono y del Departamento de Estado (que manejan las políticas militares y las hipótesis de conflicto externo de Washington) no miran ni analizan a Chávez desde una perspectiva exclusivamente latinoamericana.

El presidente venezolano mantiene una alianza estratégica (de orden comercial y militar) tanto con Irán como con Rusia y China, potencias capitalistas emergentes que compiten con el eje USA-UE por el control de las redes energéticas y las reservas petroleras del triángulo Eurasia-Cáucaso-Medio Oriente, en una versión aggiornada de la "guerra fría" por áreas de influencia, esta vez protagonizada a niveles intercapitalistas.

Esto convierte al Caribe (con Haití adentro) en una región de alto voltaje en la resolución de la guerra fría por recursos estratégicos y energía que mantienen las potencias por su supervivencia futura.

En este escenario, la preocupación central del Pentágono es el despliegue de aviones, barcos y submarinos nucleares rusos en el Caribe, muy cerca  de las principales reservas de petróleo y de recursos de biodiversidad en América Latina.

Aquí es donde Chávez (a pesar de su sociedad comercial estratégica con USA) se vuelve "rojo, rojito", al convertirse en el trampolín de Moscú en el patio trasero.

¿Y como cierra la catástrofe haitiana y el desembarco militar norteamericano en este escenario?

Muy sencillo: La ocasión  hace al ladrón, y la catástrofe haitiana brinda a EE.UU. la posibilidad de reconvertir a Haití en un nuevo portaaviones terrestre para sus fuerzas de despegue rápido en la convulsa  región centroamericana y caribeña.

A esto (y siguiendo una vieja técnica imperial de disfrazar la ocupación con una causa moral) la Casa Blanca y el Pentágono llaman graciosamente "misión humanitaria en Haití".

Manuel Freytas es periodista, investigador, analista de estructuras del poder, especialista en inteligencia y comunicación estratégica. Dirige la pagina IAR Noticias: http://www.iarnoticias.com
Fuente: IAR Noticias. 17-Enero-2010. http://www.iarnoticias.com/2010/secciones/contrainformacion/0005_EE.UU._desembarca_haiti_16en2010.html

 

 

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